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  • Miguel Argüello Oviedo

Primera Parte: Con plan o sin uno, pero ¿Hacia Dónde Vamos?...

INTRODUCCIÓN


El camino que lleva a un lugar, pero ¿a dónde?
El camino. Carretera Rivas - Peñas Blancas, Nicaragua.

Esta es la primera de una serie de entradas al blog que publicaré con el ánimo de compartir mis consideraciones acerca de lo que creo sucede en cada uno de los países de la región de Centroamérica, en especial sobre un tema que me inquieta, los planes de desarrollo de largo plazo. Inquieta porque al igual que en nuestra vida personal, donde tenemos objetivos, metas y planificamos -entiendo que no todos -también es importante saber que tan alineadas pueden estar nuestras metas con la que una nación tiene y, ¿si no las tiene como afecta esto en nuestros objetivos? No pretendo que se tome como un ensayo sino como observaciones que comparto y que ayuden a la reflexión. En esta primera ocasión he escrito solamente el preámbulo a esta serie de entradas.


Desde hace varios años he construido parte de estas reflexiones que aquí leerás. Lo he hecho pensando en la misma pregunta que me hago una y otra vez, y quizá vos también la haces: ¿Hacia dónde vamos? Para responder se necesita conocer donde estamos, de dónde venimos y con qué contamos. Caminar sin rumbo cierto, sin metas u objetivos es quizá demasiado temerario pero hay países que así caminan. Hoy las circunstancias han cambiado de forma increíble desde que pensé las primeras líneas. El mundo tal y como lo conozco está dando giros y giros, y no sabemos a ciencia cierta en qué posición quedaremos.


El coronavirus está haciendo estragos en la salud de los ciudadanos, y la economía de cada uno de los países se está viendo más que afectada, la recesión está tocando la puerta de nuestras economías y al parecer la está viendo abierta, ¿entrará? ¿será que la dejaremos entrar?. El problema con el virus no es tanto que sea altamente mortal para toda la humanidad sino que la rapidez de su propagación, el desconocimiento del virus y el nerviosismo reinante está acabando con la tranquilidad de millones de personas. Ninguno de los países del orbe se está escapando de los efectos adversos que el virus está causando. Es un hecho que Centroamérica se verá muy golpeada y a estas horas las principales economías de la región ya están empezando a sentir el peso económico que está situación conlleva.


La pregunta de ¿Hacia dónde vamos? es de esas interrogantes que tiene una relevancia mayor el día de hoy. Si un país no ha tenido objetivos definidos de hacía donde estaban dirigiendo todos los esfuerzos -como nación -entonces seguramente será de esos cuestionamientos difíciles de responder; si un país ha estado atravesando por tempestades y sus objetivos -un plan de nación -ya trazados están teniendo desviaciones entonces no será difícil saber lo que tu país podrá o no hacer en el futuro próximo; y en el tercer pabellón están aquellos países que no tienen un plan de nación concreto, han ido navegando de forma desordenada y no se conocen proyectos de largo plazo que se vayan desarrollando y que tengan objetivos que busquen fomentar el desarrollo y bienestar social y además de lo anterior tienen serios problemas internos o han estado atravesando situaciones difíciles por diversas razones, pero la mayoría de estas son las políticas, entonces que la pregunta planteada no tiene ninguna respuesta.


Estoy convencido que esta duda de ¿Hacia dónde vamos? muchos se la plantean seguido. Es de esas preguntas que saltan en una mesa de tragos, en un asado, en el café de la tarde, en almuerzos o cenas, en reuniones familiares y en definitiva en cualquier momento donde dos o más se reúnan o quizás la haces en tu fuero interno. Me atrevo a decir que en Centroamérica prácticamente no existe país que pueda responder. Lo anterior lo afirmo porque la mayoría de los países de la región no tiene un plan de nación de largo plazo (30 años máximo) creado en consenso por la mayoría de las fuerzas vivas de la nación y que además sea concreto, definido, realista y soberbio, que se esté ejecutando y que sus indicadores nos muestran algún avance.


Lo cierto después de hacer una lectura de lo que he encontrado es que muy pocos de estos planes están en pie y muy pocos han sido creados en consenso con todos los sectores. ¿Esto es bueno? ¿Es malo? No puedo decir que sea uno o lo otro porque la respuesta en todo caso estará en los efectos que tiene cada "plan" -positivos o negativos. No obstante; el hecho de no contar con el consenso...¿Será esto un punto de partida para conocer si han o no funcionado las "buenas intenciones políticas" de quienes los han formulado? Podría ser así.


Mi opinión es que Centroamérica en los últimos 30 años se ha ido construyendo por el día a día. Tapando agujeros, parchando y maquillando un poco los golpes que ha sufrido por las estocadas que nosotros mismos le hemos asestado.


En los últimos 40 años cada país de la subregión ha estado sumergido en un alboroto de ideologías y esquemas políticos de las mil marañas. Quizá la única excepción fue Costa Rica, sí, muy seguramente lo fue y no sé si hoy pueda seguirse diciendo que es la única excepción (en otra oportunidad les hablaré del porqué de esta observación).


En la segunda parte de esta entrada abordaré pinceladas de los planes de nación que he encontrado. Pondré los links por si deseas descargarlos. Por el momento solo puedo decir que mi pregunta de ¿Hacia dónde vamos? me sigue dando vueltas, y descubrir la respuesta debería estar en los planes de nación que he revisado pero la realidad latente, palpable y dictada por los indicadores económicos dicen otras líneas. Es que aún no tengo nada claro si el crecimiento económico que los países tienen hasta la fecha está relacionado con "objetivos" que se han trazado en algún momento o si existe desarrollo tal y como en algún momento fue concebido.


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