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  • Miguel Argüello Oviedo

Soy abogado y estudié Design Thinking

Primera parte...


Mi sueño era ser ingeniero industrial, pero varios miembros de mi familia son abogados, comenzando por mi abuelo (QPED), mi padre, tíos y uno de mis hermanos. Sí, exacto, el peso de la familia pudo más. Eso sí, no me arrepiento. Estudiar derecho es una de las experiencias más enriquecedoras que hay; sobre todo, para quienes disfrutamos la lectura y el análisis crítico, sin duda es de las mejores.


Sin embargo; el mundo va cambiando y quedarnos no solo los abogados, sino cualquier profesional, con las mismas bases metodológicas tradicionales que nos han enseñado no nos permite adaptarnos a los cambios y transformaciones que estamos viviendo, más bien nos deja anclados en procesos y metodologías que distan mucho de la forma en que se están dando los cambios.


Sí, es cierto que las leyes, códigos y normas no se modernizan a la velocidad que los negocios lo hacen, pero esto no debería de detenernos para evolucionar a la luz de las nuevas tendencias, a la luz de la transformación digital que de una forma vertiginosa estamos enfrentando. Es más, las empresas requieren que nosotros los abogados y asesores corporativos vayamos dos pasos adelante y no cuatro atrás. Debemos ser asesores que pueden aplicar una “medicina preventiva” y que aporten al proceso y no ir "apagando fuegos”.


"...las empresas requieren que nosotros los abogados y asesores corporativos vayamos dos pasos adelante y no cuatro atrás. Debemos ser asesores que pueden aplicar una “medicina preventiva” y que aporten al proceso y no ir "apagando fuegos”

Los abogados no debemos quedarnos atascados en el ayer como muchos de los códigos y leyes que usamos como material de consulta lo están. Sí, son una base indispensable, lo sé, pero es una base que está -en la mayoría de los casos -desfasada y que requiere modificaciones, un asunto a tratar en otro momento. Sobre todo en países cuya base jurídica es el derecho romano, no pasa así con el derecho anglosajón, ya en otra ocasión explicaré un poco esto de derecho romano y anglosajón.


Los abogados no debemos quedamos anclados en el ayer como muchos de los códigos y leyes que usamos como material de consulta lo están...

No podemos quedarnos anclados en un punto de la historia jurídica. Y es que hay que ser objetivos, cuando una ley, norma o código se crea, no es precisamente porque está viendo a futuro, no, la mayoría de las veces es porque quiere corregir o regular algo que viene desarrollándose en el día a día, y entonces prácticamente -esa ley o código -va pasos atrás de la dinámica que los negocios tienen. Nosotros no podemos quedarnos atrás. Incluso en ocasiones hay leyes que lejos de aportar positivamente frenan el desarrollo y emprendimiento de los negocios. ¿Qué hacer? Es aquí uno de esos puntos a los que me refiero, se necesita creatividad para idear soluciones siempre en el marco de lo que nos da la legislación.


¿Cómo podemos idear mejores soluciones? …¿a partir de qué y con qué herramientas contamos los abogados? Solamente con nuestra capacidad de análisis y razonamiento jurídico? ¿Acaso es suficiente el pensamiento critico y argumentativo? Ciertamente son importantes, sí, pero por favor seamos objetivos, porque ese análisis y ese razonamiento que tenemos está anclado en las bases jurídicas que como mencioné, están desfasadas. He escuchado colegas argumentar que algo no se puede desarrollar porque no hay norma o ley o bien porque existe una ambigüedad o vacío. Así que NO! No es suficiente para el mundo en el que vivimos contar solo con esas herramientas que tanto orgullo sentimos los abogados tener. Hay que adentrarnos en el mundo de lo creativo y utilizar sus herramientas para descubrir la forma de idear soluciones estratégicas que no contemplábamos, pero que se necesitan y existen. Sobre todo, aquellas vinculadas a lo digital.


Para apoyarme en idear soluciones e intentar acoplarme a algunos clientes que desarrollan negocios digitales escogí certificarme en la metodología Design Thinking. Sin duda hay otras que nos aportan un montón, incluso algunas nos ayudan a mejorar nuestra forma de trabajo colaborativo como es el caso de Scrum. Hay todo un mundo por descubrir y los abogados debemos estar actualizados para acompañar los grandes procesos; sobre todo los de transformación digital, internet de las cosas, machine learning, smart contracts, blockchain, marketing digital, etc.


Hay todo un mundo por descubrir y los abogados debemos estar actualizados para acompañar los grandes procesos; sobre todo los de transformación digital, internet de las cosas, machine learning, smart contracts, blockchain, marketing digital, etc

Y es así que frente al mundo en que vivimos y los retos que tenemos como profesionales, no solo los abogados, sino todos, busqué como mejorar en la ideación de soluciones y poder apoyar más a mis clientes actuales y futuros mediante procesos más divergentes y más acordes a los tiempos y su exigencia. No es ninguna opción quedarse anclados. La única opción es ir más lejos y utilizar los beneficios que nos dan metodologías como Design Thinking.


Ha sido muy interesante la aplicación de la metodología. Sobre todo en temas de formulación de estrategias para solución de problemas contractuales; en procesos complejos que pudiesen ir a litigios y que la mejor solución termina siendo una negociación y que puedes demostrarle a la contra parte que así es; en la creación de nuevos negocios donde la parte legal queda atascada por falta de normativas por ser emprendimientos tecnológicos, pero con la metodología te sumas al esfuerzo del emprendimiento y he llegado a aportar lo suficiente para multiplicar el valor del negocio. Incluso he podido crear una serie de mapas mentales para observar el campo de acción en el que se mueven mis clientes y así visualizar necesidades y anticiparse a problemas, esto último ha sido vital para la identificación, evaluación y análisis de riesgos legales.

 

El autor es especialista en Estrategias y Riesgos Legales. Cuenta con un máster en Derecho Empresarial y un postgrado en Gestión de Riesgos. Tiene una especialización en Compliance y Derecho Digital; y posee la Certificación Profesional en Design Thinking (DTPC).

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