“Lo perfecto es enemigo de lo bueno” Voltaire. Una buena estrategia, oportuna y seria salva la empresa.
Uno de los grandes problemas que tenemos los asesores en temas corporativos es que vamos detrás del ritmo dinámico y a veces acelerado de las empresas. Sobre todo, cuando son temas de asesoría legal. Por lo general las leyes están un par de pasos detrás del dinamismo empresarial y de las inversiones.
Debemos entender que una empresa es una entidad sumamente dinámica y que cambia, evoluciona y transforma sus estrategias a fin de adecuarse, adelantarse o bien mantenerse en el mercado. Ese dinamismo que tienen las empresas es más rápido que la creación de leyes o reformas de las existentes que se pueden dar en nuestros países de la región centroamericana.
Entonces en una gran parte el origen del problema, que tenemos los asesores corporativos, para brindar soluciones más apegadas a las leyes, estriba en no contar con instrumentos legislativos modernos y acorde a las necesidades propias del mundo moderno. Aunque debo reconocer que hay un par de sectores para inversión en que las leyes se van modernizando, tratando de ir al compás de las necesidades de esos sectores; uno de esos sectores es el energético en el que los países de la región han avanzado bastante rápido y ajustan sus legislaciones cada cierto tiempo, siendo esto una gran excepción al problema planteado. Sin embargo; otros sectores importantes como es el de telecomunicaciones se han visto rezagadas en las leyes que se requieren y al final estas van detrás de los cambios tecnológicos y la misma globalización.
No obstante; muy a pesar de la existencia de leyes reguladoras de los sectores más importantes para inversión (de las cuales escribiré prontamente), estas se colocan al margen de las bases legales de los países, de los códigos civiles y mercantiles precisamente. Lo anterior acarrea un problema estructural en el desarrollo de la inversión y se ha construido la solución por medio de reformas que se hacen a dichas regulaciones para no trastocar el andamiaje jurídico base de cada país, me refiero a los códigos.
Entendiendo el problema que hay para brindar una asesoría más acorde a los momentos y sustentada en lo que el cuerpo de leyes de cada país establece, es imperativo que cada empresa tenga una buena estrategia legal, financiera y de mercado. Las dos últimas son por lo general las que se realizan, pero no así la primera de ellas. Mucho se podría ahorrar una empresa si desde su fundación crea una estrategia legal para el negocio que está creando. Son pocas las empresas que conozco lo hacen. Sin embargo; no solamente es crear una estrategia en sus inicios, sino una para cada caso concreto que a raíz de una situación particular se dé.
Crear una buena estrategia legal bajo las circunstancias que otorgan las leyes es imprescindible. Una estrategia legal debe contener un análisis del sector o actividad que desarrollará la empresa a la luz de las leyes del país. Por ahora esto se hace únicamente con sectores importantes en temas de grandes inversiones: energético, telecomunicaciones, zonas francas y exportador. Esto último porque dichos sectores por lo general tienen leyes especiales que los regulan. Pero otras actividades como por ejemplo; una franquicia de una marca como Chanel que pretenda establecerse en un país de la región centroamericana deberá crear una estrategia legal vinculada a lo laboral, fiscal, societario y un plan de contingencia legal de cómo actuar ante quejas amparadas por leyes que protegen al consumidor (garantías, servicio, promociones, etc). La estrategia se convertirá en parte del plan de desarrollo de la empresa y ayudará a trazar las políticas y las líneas vitales para el desenvolvimiento de su actividad, pero lo más importante es que posicionará a la empresa de tal forma que será capaz de tener un mayor control de los sucesos externos e incluso los internos.
No busquemos crear la estrategia perfecta, sino la que es buena para cada empresa y cada caso. Un caso podrá resolverse sin necesidad de estrategia, pero otros no funcionan así y requieren de nuestra atención en la planificación de cómo se actuará en dependencia de los escenarios, el ambiente y las leyes.
Una estrategia a tiempo salva la empresa.
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